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La resolución del contraataque individual en balonmano

La acción de contraataque individual con tan sólo oposición del portero se repite en cantidad de ocasiones a lo largo de un partido, por ello debe demandar nuestra atención en su entrenamiento para minimizar errores en la competición.

Desde la perspectiva técnica-táctica, la resolución del problema está descrita generalmente por la trayectoria del jugador con balón: realizar un desplazamiento en diagonal (de un poste a otro de la portería), saltar en profundidad, y en la medida de lo posible superar al portero.

Siguiendo el modelo de Robert Nideffer y tras la descripción técnico-táctica, este tipo de acciones tendrían un foco atencional estrecho e interno, es decir, la información que recibe del entorno durante la ejecución básicamente es el estímulo del portero, y la relación establecida con el fin tiene un proceder determinado, “pensamientos” (trayectoria diagonal, salto en profundidad…).

En el siguiente video vemos el partido que enfrenta a Alemania con España en el pasado Mundial de Suecia 2011. Juanín dispone de dos oportunidades en los minutos finales del encuentro, la primera con el marcador en contra, la segunda con ventaja de dos goles. En ambas respeta las directrices técnico-tácticas, quizás no termina de superar al portero (aspecto determinante para la ejecución del lanzamiento). Sin embargo incluye un detalle para mí fundamental, una finta de armado hacia el corto abajo para hacer descender al portero, para después cambiar el lanzamiento.


Una vez visto el video, y siguiendo la perspectiva psicológica propuesta por Nideffer, la diferencia está en la dirección de la acción, el foco atencional interno, los pensamientos que hacen ejecutar el lanzamiento después de analizar el contexto: dónde dirigir el lanzamiento. Al ejecutar de forma correcta la disposición previa y el contexto configurarse como el jugador espera, la elección del lanzamiento debería ser siempre como la segunda acción, al ángulo contrario.

La conclusión jamás podría definirse como una situación cerrada, no tiene una solución única. Aunque es evidente que la iniciativa parte del poseedor del balón, por lo general. El entrenamiento de una forma de proceder reduce el número de decisiones, y ofrece la posibilidad al jugador de realizar una check-list mental: he ido diagonal desde un poste hacia otro, he saltado en profundidad, he sacado al portero, ejecutar el lanzamiento en base a la respuesta del portero, (“mi primera intención es lanzar al corto abajo y el portero me ha seguido”), en definitiva, configurar la solución al entorno.

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